Tiempo libre {Philipa}

Un día "normal", de esos que no sucede nada interesante, las clases habían sido como siempre un poco extensas como sucedía cuando viven dentro de un colegio.
Aunque no podías quejarte, uno tenia mucha libertad aquí dentro. Los profesores y directivos no eran del tipo rígido, aunque siempre había uno que era famoso por ser el mas "antipático" de todos los demás. Intente prestar atención a las lecciones, pero me era casi imposible con el calor ingresando por los grandes ventanales del salón, el murmullo de los del fondo y el ruido que provenía de afuera. La cabeza me latía, podía sentir todo aquello tan cerca de mis oídos que me ponía como loca, mire el reloj que estaba frente a la pizarra, marcaba 10 minutos para la campana. Comencé a morder la parte inferior del lápiz con impaciencia, vamos vamos vamos, 8 minutos menos. El profesor escribía la tarea, algunos arrastraban los pies bajo los pupitres, escuche algo que dijo Ange pero no logre entender. 4 minutos...
Tome los lapices y comencé a guardarlos dentro del bolso junto con los libros, 2 minutos... Mire a un costado y los demás hacían lo mismo. Riiinggg, la campana.
Con rapidez todos se atascaron en la salida del salón, tras varios empujones todos salieron desesperados hacia los pasillos. Me aleje de todos con largas cansadas hasta la salida, me apoye de las columnas y comencé a respirar aliviada, la semana había sido un poco tediosa pese a los exámenes y seguro el estrés por ellos me había afectado demasiado. Miro mi reloj de la muñeca derecha y camine en dirección a los dormitorios.

Atravesé el gran Hall, allí se encontraban algunas chicas riendo y haciendo tareas. Salude con la mano y una sonrisa a todas y subí hasta mi cuarto. "101", busque la llave en mi bolso y abrí la puerta blanca.
El cuarto estaba iluminado, seguramente Philipa había abierto las cortinas para que la luz ingresase, todos estaba en orden... menos la cama de Angelique, como de costumbre. Deje caer mi bolso a un lado, fui hasta la mini nevera, y cogí una soda, me senté en uno de los puff que estaban allí, una suave brisa hacia danzar las cortinas rosadas de la habitación.